Antropozoomórficos

El concepto de “Antropozoomórfico” se manifiesta a través de diversas obras de arte precolombinas, especialmente de la cultura Tumaco. Donde, la imagen del hombre y las cualidades espirituales de los animales se fusionaban en artefactos escultóricos con el propósito de expresar creencias espirituales, mitos o aspectos simbólicos de la vida, y para dar cuenta de su presente y su relación con la naturaleza. En este sentido, estas representaciones históricas precolombinas han perdurado a lo largo del tiempo, trascendiéndolo e influyendo en los aspectos más formales de nuestra cultura y contemporaneidad, generando nuevos puntos de giros direccionados hacia la sátira, la comedia y el humor negro.

 Es en este contexto donde animalizar a otros en diversas situaciones abre un panorama expresivo, sensible y reflexivo frente al otro y a la identidad colectiva. En Bogotá, Colombia, se ha normalizado el uso de términos como: “No sea sapo, salte aquí y reclame dos moscas” para referirse a alguien molesto; “metiche” o también “Atraparon a una rata” para indicar que un ladrón que ha sido capturado, ya sea por la policía o por la comunidad. En aspectos sociales cotidianos, donde a veces la pretenciosidad es un leitmotive, se suele escuchar “qué tipo tan lagarto” o “qué vieja tan lagarta”, revelando así que esa persona trata de encajar a la fuerza y mediante la hipocresía en alguna esfera social.