El arte resulta beber de la misma copa de la que bebe el diseño. En la práctica, de hecho, no hay grandes diferencias entre el uno o el otro, las habilidades que comparte un artista son tan necesarias como las que debe tener un diseñador.

Gracias a la historia del arte podemos ver que el diseño gráfico no ha sido gratuito ni exento de un régimen escópico propio de hablar con autoridad y trascendentalidad sobre su presente, si damos una mirada al pasado, puntualmente a las corrientes artísticas del siglo XX, encontramos un punto de giro en la comprensión visual en lo abstracto, nos damos cuenta que la abstracción geométrica (que bien podría estar relacionada a las expresiones gráficas y pictóricas del siglo XX) implicaron una comprensión compleja de los contenidos y una forma sofisticada de traducirlos en imágenes.

Desde finales del siglo XIX, grandes artistas plásticos se desempeñaron también como diseñadores gráficos con grandes resultados, y encontramos a  grandes creativos como Henri Toulouse - Lautrec quién decantó en el diseño gráfico publicitario sus mejores obras y con ellas, todo el mood bohemio y disruptivo de la Belle époque.

Hoy la situación no es muy diferente ya que ambas disciplinas han crecido juntas y han encontrado nuevas formas de reinventarse. Mis propuestas gráficas buscan establecer un mundo paralelo entre ambas prácticas, considerando que arte y diseño son perfectamente compatibles y necesarias para comprender y registrar el mundo que nos rodea.